El pastel de carne, también llamado en muchos países pan de carne o albondigón, es una receta muy simple de realizar y que esta deliciosa. Este plato es famoso en todo el mundo, tanto que no se tiene muy claro su origen, lo que provoca que haya mil y una variantes de este plato, cada uno con su sabor particular y adaptado a las gastronomías de cada parte del mundo, así que podéis optar a crear la vuestra propia adaptada a vuestros gustos, tal y como he hecho yo con esta receta.

Hace mucho tiempo que quería probar a hacer esta receta, y es que había escuchado muchas veces la palabra ras el hanout, que para quien no lo sepa es el ras el hanout es una mezcla de hasta 7 especias muy usado desde el norte de África pasando por Marruecos y que se ha extendido por todo el Magreb llegando también a Oriente Medio y cuyo nombre ras el hanout significa “Lo mejor de cada casa”.

Muchas veces cuando queremos impresionar a nuestros amigos en una comida o cena, nos devanamos los sesos para hacer un menú elegante y sabroso, en el cual además muchas veces nos dejamos una gran cantidad de dinero, sin embargo, hacer un buen plato con el que quedar bien, que este bueno y guste a la gente no tiene por qué ser necesariamente caro ni complicado. Y es que hay recetas, que aunque son de toda la vida, a veces no nos acordamos de que están ahí, y que quizás sean el mejor plato que podemos hacer para impresionarles.

De las múltiples carnes que existen en el mercado, hay pocas que sean tan saludables y nutritivas como la carne del conejo (excepto la carne del pollo claro está), la cual está considerada como carne blanca, además es una carne que al igual que la carne del pollo que también es blanca, es muy saludable y bastante barata de hacer, pero aunque tiene un sabor agradable y muy característico, este no es todo lo sabroso que cabría esperar sino lo cocinamos correctamente.

Hay muchas recetas tradicionales en la gastronomía española, tanta que sería imposible aprender a cocinarlas todas, aunque a ello le dedicáramos toda una vida, y es que la gastronomía española es conocida por ser muy extensa y sabrosa, motivo por el cual soy fan de un gran número de sus platos. En España, hay una forma muy peculiar de cocinar algunos platos, aunque mejor dicho, más que su forma de cocinarlo es la forma de aromatizarlo, y es que en España se suele abusar mucho del ajo para condimentar los platos, y es que este vegetal es capaz de aportar muchísimo sabor añadiendo tan solo unos pocos trozos del mismo a cualquier plato, sobre todo si se usa crudo, estado en el cual incluso transmite un picor y un olor un tanto fuerte, por lo que salvo en algunas salsas muy famosas como el alioli, el ajo suele ir sofrito o cocido en el resto de platos.

Una de las cosas que más me gusta de la gastronomía española, es la cantidad de platos tradicionales que tiene, pero es que además la mayoría de estos platos suelen ser realmente sencillos de preparar y muy sabrosos, lo que sin duda ha ayudado a que se conviertan en platos muy conocidos y consumidos. Un ejemplo clarísimo de dichos platos tradicionales, es sin duda el lomo de cerdo con tomate, el cual es un plato muy típico de una región del sur de España, llamada Andalucía, donde es raro ver un bar o restaurante que no sirva esta exquisitez de plato, ya sea como tapa, en bocadillo o como guarnición en un plato combinado.

En España hay una gran tradición del almuerzo, y con dicha tradición va otra totalmente aparejada, y esa es la tradición de los bocadillos, también llamados sándwiches en otros países o entrepan. Eso ha hecho que con el tiempo, hayan surgido ciertos bocadillos más elaborados, que se han erigido como los grandes favoritos a la hora del almuerzo o la merienda, aunque debido a los completos que son, algunos se sirven también para comer o para cenar, entre ellos podemos encontrar el Chivito o la Brascada, 2 bocadillos cuya receta ya compartí con vosotros y cuyos enlaces podréis encontrar al final de este artículo.

Hay muchos tipos de platos típicos en la gastronomía española y en la del resto de países del mundo, algunos son postres otros son comidas y algunos otros son como en el caso de hoy bocadillos, los cuales se pueden consumir tanto como almuerzo, como merienda, como cena o cuando se desee. Lo bueno de los bocadillos es que son fácilmente transportables y se pueden comer en cualquier lado, además de que pueden ser desde bocadillos muy sencillos, hasta otros muy completos que sirven para sustituir una comida, como lo es el bocadillo del que os voy a hablar hoy, se trata del bocadillo conocido bajo el nombre de serranito.